Como ya sabéis y habéis leído en este blog, hace ya casi dos años empezamos una
etapa diferente en muestras vidas y en nuestras profesiones: nos fuimos a
Canadá. Pero ya terminó y de hecho Lurdes e Itzi ya se encuentran en Madrid.
Lurdes y yo tres días antes de su regreso.
Esperando el avión el Toronto: la escala para regresar
... y ya en Madrid.
Este viaje surgió por las necesidades de mi empresa, de
enviarme a los dos frentes de obra que teníamos en el proyecto en el que me
encontraba, uno en Edmonton y el otro Fort McMurray. Mis funciones serían el
resolver una serie de problemas que estaban surgiendo referentes a civil y estructuras,
y que se sabía que seguirían apareciendo.
Dentro del esfuerzo que representa una movilización como
esta, mi parte era la más sencilla. Sigo trabajando con la misma empresa, y
cuando termine el desplazamiento, si todo ha ido bien, regreso a Madrid con la
misma empresa. Sin embargo, para Lurdes y para Itziar era diferente.
Lurdes dejó su trabajo en Madrid. Tal y como estaban las
cosas en el 2013, como para permitirse el lujo de ir dejando trabajos! Luego,
tendría que llegar a una ciudad diferente, en todos los sentidos, para hacer
que todo funcione como si no nos hubiéramos ido. Después de experimentar un
choque lingüístico, y una vez adaptada a la forma de vivir en Canadá, empezó su
segundo gran reto: buscar trabajo. No fue nada fácil. Al contrario, fue una
tortura. Empezando por que había que realizar un cambio en su working visa y no
contamos con ninguna ayuda, ni tan siquiera por parte del departamento de rrhh
de mi empresa cuando se la pedimos. Lurdes tuvo que bucear en las más que
farragosas páginas web del Gobierno de Canadá para los temas de Inmigración,
hasta que al final, consiguió realizar la modificación que necesitaba. Buscar
trabajo aquí fue desesperante. Una de las razones es porque en esta ciudad hay
muy pocos puestos para la tarea que ella desarrolla dentro del campo de la
medicina. Pero la principal razón era otra, y era que es una simple emigrante,
no es canadiense. Sí, aquí somos ciudadanos de tercera categoría, ni de
segunda. Un ejemplo tonto. Después de solicitar un trabajo para el que ella
estaba más que cualificada, y no le cogieran, descubrió que dos meses después
continúan con la búsqueda de una persona para cubrir dicho puesto de trabajo.
Por qué no contratan a Lurdes? Me figuro que si hubiera habido alguna razón
técnica se lo hubieran dicho, pero no, ninguna notificación, simplemente la
ignoraron. Después de todo, era una simple inmigrante. Por suerte, en agosto
del año pasado, y cómo no, a través de un médico español, comenzó a trabajar
para el departamento de digestivo de la Universidad de Alberta (UoA). Desde que
empezó a trabajar, la verdad que Lurdes comenzó a disfrutar su estancia en
Canadá de una forma muy diferente. Se sentía útil, activa, por fin se
desarrollaba profesionalmente y podía aportar algo tanto a su curriculum como a
la UoA en este caso, hasta el punto que ahora incluso no le resulta fácil
regresar!!!
Interior del hospital de la UoA
La historia de Itziar fue algo diferente. Tuvo que dejar sus
amigas de Madrid, cambiar de colegio, buscar nuevas amistades, enfrentarse a
una vida puramente en inglés,… sabíamos que no iba a ser fácil, y sabíamos que
le daba miedo, porque nos expresó en multitud de ocasiones que no quería
venirse a Canadá, incluso algunas veces lloró de impotencia. Por suerte, tuvo
una semana de adaptación desde su llegada a Edmonton hasta el inicio del
colegio. Tuvimos la suerte de entrar en un colegio con un excelente equipo de
dirección, que hicieron que se integrara sin problemas, que estuvieron
constantemente comprobando que no tenía problemas, y que incluso hicieron una
especie de curso especial para ella, porque era inviable que se adaptara al
grupo de alemán bilingüe, pero todos (incluida la dirección del colegio)
queríamos que siguiera dentro del grupo de alemán. La verdad es que Itzi no
tardó en conocer gente, hacer amigas,… y en poco tiempo se encontraba de nuevo
muy a gusto: todos los miedos con los que vino desaparecieron. Dada la
multiculturalidad de su clase ha aprendido a convivir en el día a día con
personas de diferentes religiones, y relacionarse con personas de diferentes
razas y culturas. Se ha integrado y adaptado a un sistema educativo diferente,
basado más en el desarrollo personal, orientando la formación hacia el
liderazgo, desarrollando ideas en lugar de desarrollar memoria,… Eso sí, y como
debe ser, todo esto sin perder en ningún momento el contacto con sus amigas de
Madrid, con las que hablaba de vez en cuando vía Skype (obviamente además de
con el Whatsapp, Histagram, Facebook…!!). Ahora que nos vamos, creo que una de
las cosas que le ha hecho muy feliz es que este año terminó el grado 9, y por
tanto terminó el Junior High School. Qué tiene eso que ver? Pues que ha tenido
su fiesta de Graduación, y vestida de largo!
Itzi con diferentes compañeros de Clase
Por eso, ahora que ellas ya están en Madrid, quería que este
último blog fuera un pequeño agradecimiento a Lurdes y a Itziar por todo el
esfuerzo que les ha supuesto esta aventura, por el coraje que han demostrado, y
en el caso de Itzi, por la madurez que ha adquirido y por cómo ha crecido
enormemente como persona, y no me refiero sólo a su estatura, que también, si
no a su moral, sus valores y su personalidad.
Muchas gracias!!!!!!!!
La Family en el Antelope cayon
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