(por cierto, una vez escrita y releída esta entrada, creo que debemos pedir disculpas por lo ñoño que nos ha quedado, pero nos dimos cuenta una vez terminada!!)
Una vez instalados en Edmonton, el primer fin
de semana decidimos conocer las Montañas Rocosas.
Salimos dirección Calgary
hacia Banff, que se encuentra a hora y media de la misma. Pasamos
allí la noche, y al día siguiente visitamos Banff y alrededores. Desde ahí, nos dirigimos hasta Jasper, atravesando las Rocosas por la Icefield Parkway una carretera que alguien ya nos había dicho que era de las más increíbles del mundo; y sí, lo ratificamos.
Avenida central de Banff
La segunda noche
dormimos en Jasper, y ya el domingo de vuelta a Edmonton, unas 3 horas y media
en coche.
La verdad es que es impresionante. No sabemos qué destacar, si
las montañas, los lagos, los glaciares, el propio Banff (Jasper no es para
tanto), o los animales del lugar!!
Wild Life!!!!
... y sí, sí que los había, pero por suerte algo tímidos!
Es difícil expresar con palabras
los paisajes de las Rocosas. Muchas de las vistas, cuando aparecen frente a ti,
te recuerdan espectaculares sitios ya visitados en el pasado. Sin ir más lejos
había algún paisaje de montañas que nos recordaban a la Sierra del Cadí,
algunos lagos que nos recordaban a los de Covadonga, alguna zona de carretera
como en los pirineos oscenses,… Pero lo espectacular era verlo todo a la vez.
Mires por donde mires, el paisaje es majestuoso, sobrecogedor.
Vista desde la góndola de Banff
Minnewanka Lake (...y olé!)
Es difícil seleccionar fotos,
porque la verdad es que todas nos encantan, pero además, porque con ninguna
hemos logrado plasmar la belleza de estos parajes, la inmensidad de montañas,
la dureza del hielo en los glaciares, la serenidad de los lagos,… ni por
supuesto, la grandiosidad de las Montañas Rocosas.
Otra vista de las rocosas (y sus visitantes!)
Otra de las "monótonas" vistas de las Rocosas (... y Lurdes alcanzada por un "oso"!)
Glaciar de Athabaska (a 3 metros del final de la lengua)
Sin duda se trata de uno de
los rincones del planeta que merece la pena visitar; de las Rocosas sí que te
enamoras y te ocurre nada más verlas la primera vez.Claro está que sólo fue un fin de semana,
podríamos decir una visita express, esperamos poder repetir varias veces, en
invierno por supuesto y en primavera, verano…..
Maligne Lake. Lo parece, pero la foto no está sacada de una revista!!!!
... con todo nuestro cariño, frase que hemos acuñado de David Iglesias, quien ya saldrá más adelante como proagonista en algún otro blog.
La verdad es que Edmonton no es una de esas ciudades de las que te enamoras nada más llegar, ni al día siguiente, ni a la semana siguiente,... vamos es una ciudad de la que no te enamoras! (igual es que hay que esperar al año siguiente, ya veremos!).
Bueno, como toda ciudad tiene cosas que merecen la pena visitar. Se puede decir que hay tres zonas destacadas.
La primera es el Downtown. No es tan expectacular como el de Cálgary, Toronto,... pero no está mal.
Vista del Downtown desde el Westin Hotel
Itzi en la plaza de Winston Churchil
Claro, que en el Downtown no sólo hay edificios altos, oficinas, tiendas,... también algún parque, como el Victoria, que está a la orilla del río North Saskatchewan, río que cruza Edmonton
Itziar (todavía en septiembre, claro!)
La segunda parte de la ciudad que uno no se debe perder es Old Strathcona. Está al lado de la Universidad, y por tanto posiblemente sea la zona de más animación y, digamos, la más europea. Allí está el Block 1912, un café europeo (así se denominan a si mismos), en el que efectivamente parace que, aunque sea por un momento, te estás tomando un café o un té en París, Bruselas, Madrid...
Obviamente, la foto no es nuestra, pero es chula!
Por último, el tercer sitio al que hay que ir, es el West Edmonton Mall! Sí, un centro comercial! A ver, realmente es el sitio preferido de Itzi (pseudo-coautora del blog, y por eso he de ponerlo!). La verdad sea dicha, es impresionante. Es un centro comercial al que no le falta de nada. Ahí te encuentras lo normal:
Carabelas tamaño real (la Santa María) con expectáculo de leones marinos alrededor
Playa artificial con formación de olas y toboganes estilo aquopolis (que alguno da vértigo!)
Parque de atracciones (Galaxyland) con sus loopings, lanzaderas, etc... (parque indoor más grande del mundo)
La verdad es que tiene bastantes más cosas como pista de hielo, algo parecido a zonas de tirolinas.... a, claro, casi se me olvidaba, y tiendas a porrillo!
Por supuesto, el West, como todo centro comercial que se precie, tambien te pemite tomar unas cervecillas. Pero para cervezas, nosotros preferimos uno que está al lado de casa, el Beer Revolution!
Gran sitio, el Beer Revolution!
Al final, pasa lo que pasa, uno ve todo esto y dice eso de ... QUÉ BONITO ES EDMONTON!!!
Aterrizamos en EDMONTON tras las “n”
horas de viaje y la escala en Toronto, cansados pero ilusionados.
Nuestros primeros diez días en la
ciudad, que nos recibió con un tiempo excepcional, fueron dedicados a la
búsqueda de piso y trámites varios.
Winston Churchill Square
River Valley
Félix, como no podía ser de otra forma,
comenzó a trabajar inmediatamente, sólo se dio tregua el primer día, que dedicamos
para hacer todo lo estrictamente oficial (cuenta de banco, tarjetas de la
seguridad social….). Y ese día vistamos el colegio de Itziar “ALLENDALE”, donde
nos reunimos con el director. Las primeras impresiones fueron muy gratas, nos
acogieron estupendamente.
Bienvenida a Allendale!!!
¿A qué no parece un colegio americano?
En estos días nos alojábamos en
el Hotel Westin, en el Downtown, céntrico y cómodo.
La búsqueda de casa era nuestro
primer gran objetivo: queríamos que fuera casa en lugar de piso, tuviera 3
dormitorios y estuviera cerca del colegio. Rápidamente fuimos conscientes de
que estos tres requisitos eran imposibles, no sólo juntos, también por separado.
Las casas amuebladas bien acondicionadas y que se ajustaran a presupuesto sólo
se encuentran a las afueras, por tanto sólo veíamos pisos (“apartamentos”); éstos
sólo tenían una o dos habitaciones y en la zona del colegio no existían
disponibles.
Tras visitar ocho diferentes, finalmente
encontramos el piso donde estamos: una 15ª planta en un edificio en la 117 St.,
bastante céntrico con unos muebles clásicos pero cómodos, y sobre todo, muy luminoso...
Nuestro saloncito.
... y con unas vistas increíbles de los atardeceres.
Vista del balcón (al fondo está Alaska, no se ve, pero está!)
Después de muchas semanas en las que parecía que podría retrasarse la salida a Canadá, al final llegó el día.
Fueron varias semanas en las que Lurdes se encargo de preparar todo. Semanas persiguiendo documentos, legalizaciones, certificados,... Clasificando ropa, preparando maletas,... Ha sido un verano bastante duro. Sin vacaciones, despidiéndonos de amigos, compañeros de trabajo, familia, amigos de Itzi...
Después del largo verano, llegó el día de irnos. El resultado fue que nos habíamos despedido de muchísimos amigos y teníamos 13 maletas, 3 trolleys y 3 mochilas para llevarnos!!!
Tenemos que agradecer a una serie de amigos la ayuda que tuvimos para hacer este viaje. A Pepe y Chelo y a Jesús y Marisa, que fueron los que nos bajaron al aeropuerto con parte del equipaje; y también, a algunos compañeros de trabajo, que la siguiente semana viajaban a Calgary a unas reuniones, y me llevaron el resto.
Después, ya....... Rumbo a Edmonton!!!!
(eso sí, vía Toronto!)
Después de ocho horas y media cruzando el Atlántico, ponemos pié en Canadá: hemos llegado a Toronto.
Itzi, y el Atántico al fondo
Lurdes poniendo el pie en Canadá: llegamos a Toronto!
Ahí nos esperan los Border Polices; afortunadamente, el nuestro fue muy agradable y nada border! 6 horas en el aeropuerto y luego otras 4 horas (y pico!) hasta Edmonton.